El proyecto se emplaza en Jama, Ecuador. Está rodeado por una reserva ecológica de grandes árboles primarios. En ella habitan monos y una gran variedad de aves, lo cual proporciona una envoltura natural para la playa privada y la casa que está frente a ella.
El cliente deseaba una casa desde cuya puerta de entrada se pudiera ver el mar. La casa funciona como un gran marco para las vistas, con amplios ventanales en todas las habitaciones para contemplar y disfrutar del paisaje y sus sonidos.
Se emplazan dos volúmenes que se sobreponen, enmarcando el frente costero, el cual se potencia a través de la transparencia implementada a lo largo de todo el proyecto.
El proyecto está compuesto por una estructura mixta, en la cual se implanta un esqueleto metálico con un revestimiento de bloque enlucido, dándole un aspecto limpio y permitiéndole generar fachadas abiertas con ventanas de piso a techo. Se implementa un amplio espacio central que conecta la entrada principal con el océano en el patio trasero.